Será que necesito sacar, botar, decir y terminar de completar. Será que me doy cuenta ya de cómo son las cosas.
Es distinto mirar las cosas con otros ojos, sin los velos, sin las ganas de que fuesen como yo soñaba. Como imaginé que estaban siendo.
Busco la música adecuada y escribo y escribo.
Siento frío... de repente, frío.
Cuánto demoraré en salir de esto?
Cuánto más tendré que pasar para despedirme, bendecir y soltar. Sin mirar tanto hacia atrás.
Siento que caí sin evitarlo. Era un camino lleno de sol, tibio, bonito... Se veía todo claro, nítido, sin oscuridades. Se veían claramente las dificultades, estaba todo tan claro. Estaba...
Cómo poder por fin aprender a evitar caer así? Cómo es que hay que ser para distinguir más de lejos los cambios tan bruscos en el camino.
Si, es cierto... No todo depende de mi. Pero... es que acaso no aprendo? Se puede aprender?
Te veo, te miro, te contemplo... Ya no es lo mismo. Ya no tienes esa aura que todo lo embellecía. Ya no te veo igual. Ya no creo querer esto.
Todo parece un sueño. Un dulce y amargo sueño. Lo lindo queda en mi recuerdo, cada palabra, cada sonrisa y mirada. Lo malo, espero me sirva de aprendizaje... intentaré no olvidarlo.
Quizá sea hora de despedirme...
Y acompañando estas palabras, suena esta bella canción
Loreena McKennitt - The Lady of Shalott
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