julio 20, 2006

En el viento, entre dos calles


Antes, mucho antes
cuando nada podía hacer
y todo era un mar de riesgos
fue cuando salté.
Cerré los ojos
y con mi alma vi
que si pudiera
me hubiese quedado ahí.

2 comentarios:

Corso dijo...

No pudiste;pero saltaste a pesar de todo y eso nadie te lo podrá quitar.Me pasó algo parecido.

La pregunta es si valieron la pena todos los magullones que te dejó la caída(es que el salto fué grande ¿no?)

Carola Arnés dijo...

Los pequeños saltos son avances, pero muy fáciles de retroceder.
Los grandes saltos, dejan heridas, rasguños, etc, pero se sienten mucho más profundo.
Hay grandes saltos que no cambiaría por nada.